domingo, 2 de mayo de 2010

Caídas en los adultos mayores



Tienen importancia las caídas en el anciano?

Las caídas representan un importante y complejo problema de salud, por su frecuencia, y por sus complicaciones graves asociadas como lesiones, incapacidad, incluso muerte.

Las caídas producen en el paciente anciano una elevada morbilidad y mortalidad (88% de fractura de cadera).
Los accidentes son la 5ª causa de mortalidad entre las personas mayores de 65 años; las caídas constituyen la mayor parte de estos accidentes.

Tradicionalmente, se han considerado como sucesos fortuitos o como una consecuencia inevitable del envejecimiento, las caídas son "predecibles" y por tanto susceptibles de prevención.

No se deben al envejecimiento normal del individuo

Son uno de los indicadores más importantes a la hora de establecer criterios que permiten identificar al "anciano frágil", ya que los ancianos frágiles se caen más (tres veces más) que los vigorosos.
De ahí que la identificación de los factores de riesgo y el conocimiento de la causa sean cruciales en la prevención de las mismas.

Es un reto para las organizaciones sanitarias y profesionales que asisten a esta franja etárea, que mediante políticas de prevención tanto a nivel comunitario, medio residencial como hospitalario, se puede disminuir la incidencia y prevalencia del fenómeno de las caídas tanto en términos de morbi-mortalidad como en su repercusión económica y social.

Factores de Riesgo

Aunque algunas caídas tienen una causa obvia, la mayor parte de ellas parecen estar motivadas por la suma de muchos factores. Los factores de riesgo responsables de una caída pueden ser:
Factores intrínsecos

Cambios del envejecimiento
- Disminución de la agudeza visual
. Dismunición de la audición y de la conducción nerviosa vestibular
- Disminución de la sensibilidad propioceptiva.
- Enlentecimiento de los reflejos posturales.
- Disminución del tono y fuerza muscular.
- Cambios en la marcha (marcha senil ).
- Degeneracion de estructuras articulares.

Procesos Patológicos
- Sindrome de disfunción del equilibrio y de la marcha.
- Accidentes vasculares
- Demencia
- Parkinson.
- Tumores cerebrales.
- Síncope
- Artrosis
- Patología del pie

Yatrogenia
- Polifarmacia (más de 3 fármacos)
- Automedicación
- Utilización abusiva de psicofármacos.
- Farmacos hipotensores.


Factores Extrínsecos

Vivienda
- Suelo: irregulares, deslizantes, muy pulidos y lustrosos, con desniveles, alfombras con arrugas o con los bordes levantados, cables u otros objetos no fijos.
- Iluminación: luces muy brillantes. Insuficiente.
- Escaleras: iluminación inadecuada, ausencia de pasamanos, peldaños o escalones altos sin descansillo.
- Cocina: muebles situados a una altura inadecuada, suelos resbaladizos.
- Cuarto de baño: lavamanos y water muy próximos o demasiado bajos, ausencia de barras en duchas o de suelo antideslizante.
- Dormitorio: camas estrechas, cables sueltos, objetos en el suelo.

Vía Publica (calles, plazas, jardines)
- Veredas estrechas, con desniveles, baldosas sueltas, obstáculos
- Pavimento defectuoso
- Semáforos de breve duración.
- Bancos de plazas y jardines de altura inadecuada.

En medio de transporte
- Escalones o escalerillas inadecuadas de autobuses.
- Movimientos bruscos del vehículo.
- Tiempos cortos para entrar o salir.

Uno de los objetivos primordiales de los fisioterapeutas es la detección de los factores de riesgo de caídas mediante la valoración integral que incluye una evaluación multidimensional, socio-ambiental y psicofísica-funcional.







Consecuencias de las caídas en el anciano

Físicas: Traumatismos menores: contusiones, esguinces.
Traumatismos mayores: fracturas, afección de órganos internos, agravación de enfermedades subyacentes. Ulceras de apoyo (escaras). Tromboembolismo venoso.

Mentales: Estados confusionales. Descompensación de demencias. Depresión. Síndrome psicológico post caída.

Funcionales: Pérdida de autonomía. Síndrome de declinación funcional. Inmovilismo.

Socio-Económico: Distorsión del núcleo familiar. Aumento de la demanda de servicios sanitarios. Riesgo de Institucionalización.

Tratamiento de las causas de las caídas

Dependerá de la causa productora:
1. Enfermedades:
Tratamiento médico.
2. Hipotensión (descenso de la presión) brusca:
Para incorporarse de la cama primero sentarse unos segundos y luego recién ponerse de pie.(no hacerlo en forma brusca)
Evitar las comidas abundantes o muy condimentadas.
Controlar la medicación que toma el anciano.
3. Frente a alteraciones del equilibrio o de la marcha:
Se deberá analizar la posibilidad de que el anciano necesite una ayuda para caminar (muletas, bastones, andadores).

Intervenciones ambientales: Incluye la educación del paciente y sus cuidadores para que el entorno se adapte al anciano.
 Retirar alfombras o fijarlas. Graduar la luz para evitar destellos. Luz adecuada en el trayecto entre la cama y el baño. Telealarma.
 Poner pasamanos en las escaleras. Barras de sujección en la bañera. Utilizar asientos elevados. Evitar superficies resbaladizas. Usar colchones no depresibles.
 Calzado: Calzado bien ajustado y antideslizante. Ayudas externas (bastón, andador...) adaptadas a sus necesidades.

Hay que estimular el mantenimiento de las actividades de la vida diaria.
Detectar las necesidades de soporte social y responder a ellas.











Prevención de las caídas

A fin de mantener una mejor calidad de vida, debemos averiguar los factores de riesgo de las caídas actuar sobre ellos personalizadamente y en consecuencia tratar de eliminarlos para establecer una verdadera prevención.

Existen estrategias preventivas: Para ello, es necesario una combinación de intervenciones médicas, rehabilitadoras y ambientales que será ajustada o modificada para cubrir las necesidades del individuo, con el objetivo de conseguir la máxima y más segura movilidad del anciano.

Actividad física regular, dieta equilibrada, evitar hábitos tóxicos (alcohol) pueden ser un buen comienzo.

Intervenciones rehabilitadoras: Los pacientes pueden beneficiarse de un programa de rehabilitación para reeducar la marcha o rehabilitar su estabilidad.
Se debe tratar de forma precoz el síndrome postcaída.



La prevención se desarrolla en tres ámbitos:
1.- Prevención primaria: son aquellas medidas encaminadas a evitar la caída.

a) Educación para la salud y promoción de hábitos de vida saludables.
• Mantener un campo de visión amplio
• No cambiar de posición bruscamente.
• Mantener una buena forma física (equilibrio de la relación activida-reposo).
• Revisar el buen estado de gafas, audífonos, bastones, andadores, etc.
• Mantener una buena dieta, evitar deshidrataciones.
• Uso de zapatos de suela antideslizante, no de tacón bajo.

b) Disminución del riesgo ambiental: Estos riesgos pueden minimizarse con un buen acondicionamiento del medio (factores de riesgo extrínsecos).
En este sentido algunas soluciones lógicas para disminuir el riesgo de caídas serían:
• Iluminación: Luces orientativas nocturnas.
• Las alfombras han de estar firmemente sujetas al suelo o disponer de superficie antideslizante.
• Los cables eléctricos no han de estar en el suelo en las zonas de paso.
• Poner barandillas en el cuarto de baño, para uso en bañera, ducha y retrete.
• En la cocina todo ha de estar al alcance, no colocar las cosas demasiado bajas ni demasiado altas para evitar el uso de escaleras.


2.- Prevención secundaria: Comienza una vez que el anciano ha sufrido una caída y se basa en la evaluación cuidadosa de todos aquellos factores que pueden influir en la caída.
Es de especial importancia el registro de todos los detalles que han rodeado la caída (si ha sufrido un mareo, si había objetos por el suelo) y las condiciones en que encontramos al anciano (inconsciente, pálido, con signos de sangrado). Si nos fijamos en los detalles de la caída y los registramos, podremos hacer una evaluación posterior y evitar una nueva caída.

Los puntos principales a tener en cuenta serían:
- Evaluación diagnóstica ante la caída.
- Corrección de los peligros ambientales.
- Corrección de los factores de riesgo intrínsecos.
- Evaluación de las caídas de repetición.


3.-Prevención terciaria: Se basa en disminuir la presencia de incapacidad secundaria a la caída.
Serán todas aquellas medidas rehabilitadoras que tratan de disminuir las secuelas físicas y psíquicas tras una caída.
La prevención terciaria tiene su máxima incidencia en la posibilidad de rehabilitación y reinserción social del paciente.

Así, el impulso será hacia la reducción de las consecuencias físicas, psicológicas y sociales de la caída y de las lesiones que ésta ha ocasionado, el máximo empeño es en la reducción de la aparición del síndrome post-caída, a través de objetivos concretos, individualizados y realistas en los casos en que sea posible: enseñar al paciente a levantarse sin ayuda, realización de programas de ejercicios de rehabilitación de la estabilidad y de la marcha, uso de ayudas ortéticas (bastones, andadores, etc.) y psicoterapia y asistencia social de apoyo y reintegración a la sociedad.

Engloba los siguientes aspectos:
a) Tratamiento y rehabilitación de las complicaciones: las consecuencias de las caídas son normalmente contusiones, heridas, fracturas y síndrome postcaída. Frecuentemente el paciente disminuye sus actividades tras la caída y se hace más dependiente. Es importante evitar esta tendencia mediante una intervención interdisciplinar.

b) Fisioterapia y rehabilitación de la marcha y del equilibrio: se enseñará primero al paciente a caminar de forma gradual disminuyendo progresivamente los factores de riesgos. Se comenzará en terrenos llanos para más tarde seguir con rampas, escaleras y otros terrenos.
El tratamiento para la recuperación del equilibrio comenzará en sedestación, englobando el equilibrio estático y dinámico.
Se pretende agilizar los reflejos posturales y proporcionar seguridad en la marcha.

d) síndrome postcaída: Para una persona joven, una caída es un accidente, pero para una persona mayor puede ser el síntoma que le revele que su capacidad física no es lo que era.
El temor a caer es más frecuente en un anciano que ha sufrido ya una caída. Se observa que los mayores que realizan ejercicio restringen sus actividades, por lo que puede haber ancianos que sin presentar lesiones físicas sufran este síndrome, provocándoles serias restricciones.

Tras una caída, la familia suele hacerse sobreprotectora y tiende a hacer las actividades por él.
Esto favorece la dependencia del paciente con modificación de los hábitos de vida generando síntomas depresivos, ansiedad, miedo y posiblemente aislamiento social.

Por otra parte los síntomas depresivos suelen aparecer inmediatamente tras la caída, ya sea por las consecuencias de estar determinado tiempo en el suelo o porque recuerde que ya no es tan joven.

La intervención del fisioterapeuta ante un paciente con el síndrome postcaída incluye:
- además de tratar el equilibrio, marcha y consecuencias de las caídas deberá proporcionar confianza y apoyo, intentando reducir los miedos y la ansiedad;
- colaborar con todo el equipo multidisciplinar para que el paciente pueda avanzar en su rehabilitación íntegra;
- el tratamiento deberá ser progresivo con metas alcanzables; será necesaria la motivación a causa de los síntomas depresivos;
- exista o no lesión física, este temor a la caída influye en las reacciones de equilibrio.

Por otra parte es importante recomendar a este tipo de pacientes técnicas de relajación y equilibrio cuerpo-mente, y por supuesto, mucho ánimo.

Con estas medidas preventivas y de tratamiento, el objetivo primordial será la evitación de la pérdida de autonomía y calidad de vida en los pacientes ancianos, a través de la reducción en el número de caídas y en la gravedad de las que puedan suceder.


El concepto más importante del fenómeno de las caídas en el anciano es que es potencialmente evitable.
La meta global de todas las estrategias de prevención debe ser minimizar el riesgo de caída sin comprometer la movilidad y la independencia funcional del adulto mayor y si esto no es posible evitar la gravedad de sus consecuencias.